Share This.

Desgarrar miradas con la boca.

Escapé de los motivos para olvidarme del sol que entra por la ventana, que si luego se nublaba tu sacabas una sonrisa para alumbrar el teclado táctil de mis ganas, las que pisaste con la suela de tu botas marrones de ante.

Y ahora las arrastras sin querer, y la fuerza de rozamiento se muere de celos, y el calor que desprende el asfalto de las calles de Sevilla cuando me miras de cerca se antepone al futuro incierto de las causalidades que inventamos entre tostadas y tazas de café con leche. Desnatada, por favor.