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De como la mediocridad te sorprende en ropa interior.

No sé de que me extraño si hasta que no se sangra no se consigue lo que se quiere. 
No hablo de que tenga que llegar la sangre al río, a veces no es visible a los ojos. Se te queda dentro, y quema. Luego no sabes si darte una ducha o tomarte una botella de té rojo helado. 

Y al final te sorprendes dándote un baño de mediocridad, y luego pasa lo que pasa.
Mea culpa. Un simple " quiero follarte " no fue suficiente.