Quiso hacer una copia de seguridad,un save changes o simplemente que el tiempo se parara. Por eso buscó un disco para la copia, pero no lo encontró.
Paso a buscar el botón de guardar cambios, pero tampoco lo encontró.
Así que, finalmente, decidió reunir todos los relojes que tenía alrededor y quemarlos.
Paso a buscar el botón de guardar cambios, pero tampoco lo encontró.
Así que, finalmente, decidió reunir todos los relojes que tenía alrededor y quemarlos.
Pero su reloj interior seguía haciendo ese tic-tac sutilmente ruidoso.
De repente empezó a recordar las subidas y las bajadas, los semáforos de leds,los minutos corriendo, un concierto en acústico, su pelo, sus ganas de hacerlo bien, los menús ahorro, los besos con sonido, los besos sin sonido, su lengua mandando señales de alto voltaje, el peso de su cuerpo, unos vaqueros rotos, el río, las calles estrechas de Sevilla y un nudo en el estómago.
Quizás, no hacía falta parar el tiempo, bastaba con un simple dejarse llevar, el eterno retorno haría el resto.